La Editorial de la Universidad Nacional de Cuyo (EDIUNC) cambió recientemente su dirección luego de que Pilar Piñeyrúa —quien condujo una de las etapas de mayor crecimiento y expansión del sello— accediera a su jubilación. La responsabilidad quedó en manos de uno de los miembros del equipo editorial, y que la propia Pilar formó cuando tomó las riendas allá por el 2010, el editor Javier Piccolo.
Piccolo se incorporó a la EDIUNC en 2013, contando con una gran trayectoria en los diversos espacios que rodean al libro. Editó la revista literaria Palabra entre 2006 y 2008. En 2009 ganó el Premio Vendimia de Poesía y desde ese momento estuvo vinculado a diversos proyectos culturales. Codirige la editorial Grito Manso junto a Gonzalo Córdoba desde el 2017 y también se desempeñó como librero en Ludditas, librería autogestiva que da visibilidad a editoriales independientes y aboga por la bibliodiversidad con un catálogo variado que se distingue de las librerías tradicionales.
Los lineamientos de la gestión y las novedades de EDIUNC en puerta
– ¿Cómo encarás el desafío de suceder a Pilar al frente de la Editorial?
– El desafío de suceder a Pilar es muy grato. En los 10 años que llevo de trabajo en EDIUNC, Pilar ha sido una maestra, formadora de editores. Desde su primera gestión, renovó el proyecto de EDIUNC, se encargó de formar un equipo y profesionalizar las prácticas de edición. Ese equipo continuó su crecimiento durante la gestión de Viviana Bosio y actualmente, tenemos un grupo de personas que continúa capacitándose para mejorar todo lo referente a este producto maravilloso que es el libro en general y el libro universitario argentino en particular. Por otro lado, hay una serie de desafíos para afrontar que están afectando seriamente a la industria del libro argentino. Ni hablar de los desafíos que tenemos en tanto universidad pública y gratuita. Creo que tanto la UNCUYO como la EDIUNC cuentan con las herramientas necesarias para hacerle frente a la crisis.
– ¿Cuál es el horizonte que imaginas para la EDIUNC en tu gestión?
– El horizonte es una línea imaginaria, que suele mantenerse a la misma distancia siempre del espectador. En ese sentido, creo que sería mejor hablar de una serie de metas. En el corto plazo, debemos aumentar la producción y circulación de textos en otros formatos que no son necesariamente el libro impreso. Me refiero a libros electrónicos y audiolibros, por ejemplo. También, ampliar el alcance de la librería universitaria, para que los libros que estamos produciendo lleguen con mayor facilidad a nuestra comunidad inmediata. Además, quiero fortalecer el vínculo con el resto de las librerías comerciales de la provincia, que son lugares maravillosos y son un puente fundamental para llegar a más lectores. Para el próximo año sería importante continuar por esta senda, ser un punto de referencia en la región para potenciales autores y lectores. Sería importante recuperar, entre otras cosas, el premio de divulgación científica Ida y vuelta, con todo su esplendor, buenos premios y jurados de calidad. Además, debemos pensar en el alcance de nuestra editorial en el país, los países vecinos y el mundo en general. Confío plenamente en que los libros que hacemos están realizados con excelencia y eso debe mostrarse. Otra meta importante a desarrollar en este aspecto, es preparar un proyecto de venta de derechos para que nuestras obras (y nuestros autores) puedan acceder a ser publicados en otros países e idiomas. Pensando en un plazo mayor, sería hermoso ver consolidada la editorial, que la librería universitaria sea referencia ineludible en la región, desarrollar nuevas estrategias de distribución de libros. Me gustaría que en algún momento podamos retomar los lemas de Boris Spivacov, que los libros sean tan accesibles como un producto de la canasta básica. Es linda la metáfora del horizonte para pensar que siempre se puede seguir avanzando, que siempre habrá nuevos objetivos y desafíos.
– Hoy la Editorial tiene un brazo casi independiente, la Librería Universitaria, ¿cuáles son los lineamientos pensados para este proyecto?
–En lo que ya estamos trabajando es en generar una nueva marca para nuestra librería para que tenga identidad propia. Nuestra Librería no es solo un punto de venta de los libros de EDIUNC. Cuenta con un catálogo muy variado de otras editoriales universitarias del país, como así también de distintas pequeñas y medianas editoriales. Necesitamos darnos a conocer de mejor manera, que el público en general sepa que hay un espacio muy lindo en nuestra sede de Sarmiento 607 al que se puede acceder. La casa en la que funciona EDIUNC es una casa histórica de la provincia, remodelada durante la gestión de Viviana Bosio. El proyecto de remodelación es mucho más amplio que el trabajo realizado hasta el momento. Debemos trabajar en pos de completarlo para poder potenciar a la Librería y también el posicionamiento de la Universidad en la comunidad.
– La irrupción de la Inteligencia Artificial es el centro de varios debates, también en el mundo editorial, ¿cómo se enfrenta a este universo de transformaciones que ya impacta en los libros?
– Se puede sumar muchísimo a estos debates. Aún no tenemos claro cuáles van a ser los alcances reales del uso de las IA en la historia de la humanidad. Para tratar de dar una respuesta más concisa, en el mundo editorial (como en el mundo en general) todavía hay dudas sobre si van a ser aliadas o enemigas. Un peligro que asoma, además de la potencial pérdida de puestos de trabajo humanos, es el fantasma del plagio. Creo que aún las IA no han desarrollado un discurso potente y original como puede desarrollar un autor y que el plagio puede ser fácilmente detectable, al menos al día de hoy. Por otro lado, es cierto que hay una serie de procesos engorrosos para los que el uso de alguna IA puede ser muy útil. Pienso, por ejemplo, en la producción y gestión de metadatos de nuestros libros. Es decir, elegir las palabras clave, realizar una sinopsis para plataformas de comercialización digital, hacer descripciones de imágenes que haya en los libros y demás.
– En el espectro de editoriales universitarias ¿cómo articula EDIUNC y cómo ves la evolución del libro universitario?
– Nuestra Editorial participa activamente de la Red de Editoriales de Universidades Nacionales (REUN). A lo largo de los últimos 15 años, se ha trabajado en diferentes estrategias en conjunto para potenciar al libro universitario argentino. También participamos de EULAC, un organismo que articula a diferentes editoriales universitarias de América Latina y el Caribe. El libro universitario ha pasado por varios cambios. Actualmente, tiene una identidad bastante definida y ha logrado despegarse de la idea de libro académico como equivalente a apuntes de cátedra. Las editoriales universitarias argentinas están logrando un buen balance entre las necesidades de publicación de cada universidad y en generar libros de interés para el público general.
–¿Cuál te gustaría que fuera tu impronta al frente de la Editorial?
–Me gustaría que la EDIUNC, me refiero al brazo editorial y al brazo comercial, se acerque más a la comunidad. Creo que tenemos la oportunidad, en tanto editorial de una universidad pública y gratuita, de producir grandes libros. Libros que no respondan a las urgencias del mercado, sino a las necesidades del patrimonio cultural del país. Pero más allá de hacer esto posible, es fundamental que esos libros lleguen a más lectores. Creo que debemos hacer un esfuerzo por aumentar las prácticas de lectura. Sería un gran logro.