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“Hay mucho del primer peronismo en Mendoza que todavía no se conoce”

Mariana Garzón Rogé es doctora en Historia. Su ensayo sobre los origenes del peronismo en la provincia, ganó un concurso de la Ediunc. El análisis de un fenómeno vigente. Fuente: El Sol -diario on line-, Por: Valeria Caselles vcaselles@elsoldiario.com.ar  

02 de julio de 2013, 12:11.

imagen "Hay mucho del primer peronismo en Mendoza que todavía no se conoce"

Asegura que no es peronista, pero sabe que el movimiento que fundó Juan Domingo Perón es tema y pasión por su estudio y análisis para la mayoría de los científicos sociales. El plus de Mariana Garzón Rogé (31) a la hora de investigar este fenómeno político y social argentino fue preguntarse qué pasaba exactamente en Mendoza durante la génesis del movimiento que alzó como bandera los conceptos de soberania política, independencia económica y justicia social.

Su tesis le llevó seis años de investigación y luego ésta derivó en un ensayo de divulgación científica con homónimo nombre: Los orígenes del peronismo mendocino. 1943-1946. Este obtuvo, hace unos días, el Primer Premio del Concurso Ida y Vuelta de Divulgación que organizó la Editorial de la UNCuyo, Ediunc.

Mariana es mendocina, licenciada en Comunicación Social por la UNCuyo y doctora en Historia, egresada de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Actualmente, trabaja como becaria del Conicet.

¿Por qué elegiste como tema el peronismo en Mendoza para tu tesis doctoral?

Elegí como tema de investigación la primera década peronista en Mendoza en un contexto particular en el que la historiografía comenzaba a discutir con mayor interés del que lo había hecho hasta entonces las experiencias vividas en el interior del país durante esos años. Se estaban publicando algunos trabajos sobre otras provincias y localidades, trabajos que de todos modos superaban sus fronteras geográficas y proponían algunas hipótesis que sobrepasaban los casos particulares. En Mendoza faltaba un trabajo de reconstrucción específico y, por supuesto, era necesario testear las claves interpretativas que estaban vigentes para estudiar el primer peronismo (las tradicionales y las más recientes). Ésta fue la inquietud inicial en la línea de largada de una investigación que empezó hace seis años. Claro que mi trabajo no sutura aquella falta que menciono, pero es una aproximación que densifica mucho lo que se conocía hasta ahora sobre la experiencia mendocina.

¿Sos afiliada o afín al PJ?

No soy afiliada al PJ.

La forma de abordaje y los resultados de cualquier estudio sobre el fenómeno peronista, ¿cambian según la época en que se aborda una investigación al respecto?

Las humanidades y las ciencias sociales se definen por las preguntas que nos hacemos sobre los problemas que construimos. Siempre habrá nuevas preguntas y nuevas problematizaciones. Las preguntas que se hicieron en los años sesenta no son las mismas que nos hacemos hoy sobre el primer peronismo, así como no serán las mismas que se hagan quienes piensen en ese momento de la historia argentina dentro de tres o cuatro décadas. Tiene que ver con la historicidad de la escritura de la historia. Además, la historia se puede escribir de muchos modos, desde muchos puntos de vista, por lo cual también allí se incrementan las preguntas, los problemas y las interpretaciones.

¿Hay datos específicos que no siguen sin contarse de aquella época en Mendoza, más allá de las diversas lecturas e interpretaciones?

Si tu pregunta apunta a saber si falta conocimiento "básico" (algo como una "crónica de los hechos", "saber quiénes fueron y qué hacían", "qué pasó") sobre el primer peronismo en la provincia tengo que responderte que sí. Hay muchas áreas de las que no conocemos prácticamente nada y que podrían ser buena materia prima para comenzar nuevas indagaciones.

¿Cuál fue tu hipótesis de investigación a la hora de abordar el tema?

Más que una hipótesis precisa tenía una pulsión. Yo intuía que las herramientas "clásicas" para interpretar la formación del primer peronismo no iban a funcionar para el caso mendocino. ¿Cuáles eran esas herramientas interpretativas? Relacionarlo de cierta manera con el proceso de industrialización que había vivido el país en los años treinta, con el consecuente flujo de migraciones internas del campo a las ciudades, y la movilización determinante de sectores trabajadores en apoyo de Perón (que era funcionario del Gobierno militar). Es decir, para poder abordar el caso, debería ver el peronismo en general, no sólo de la experiencia mendocina. A partir de esa pulsión empecé a formular hipótesis, que fueron muchas y cambiantes a través de estos años. Muchas quedaron sepultadas en el camino y me alegro de que eso haya pasado. En su formulación intervinieron los hallazgos de fuentes, la formación de posgrado, las lecturas teóricas e historiográficas y las discusiones con colegas, amigas y amigos que también se dedicaban a explorar el tema desde otros marcos.

¿Quiénes fueron los grandes referente locales del peronismo en esa época?

Hubo varios hombres y mujeres relevantes en el peronismo mendocino, aunque lo fueron más que nada en la dimensión provincial. Para empezar, los gobernadores: Faustino Picallo (1946-1949), Blas Brisoli (1949-1952) y Carlos Evans (1952-1955). Pero se puede seguir con una lista de "referentes" que actuaron en el plano legislativo, sindical, de la cultura, de los territorios. No hubo tal vez líderes o caudillos de proyección nacional, como sí hubo en otras provincias.

¿Cómo impactó en Mendoza el movimiento peronista, siendo una provincia marcada fuertemente por una tradición demócrata y un florecimiento del radicalismo?

No creo que Mendoza haya estado más marcada por el radicalismo o el conservadurismo de lo que lo estaba el resto del país hacia 1943. El peronismo se vivió de maneras muy heterogéneas, no se puede decir que significó una sola cosa.

Según algunos historiadores, el lugar político de los trabajadores organizados fue quizás el gran pilar del peronismo. En Mendoza, ¿se sintió ese fuerte cambio en las relaciones de producción?

El movimiento obrero nacional se constituyó como tal recién durante el primer peronismo, hasta entonces no se podía hablar de tal cosa. Los trabajadores organizados en la provincia (que no eran todos, pero son los que podemos conocer mejor) interactuaron con el peronismo de maneras complejas y heterogéneas. Muchos apoyaron entusiastamente a Perón y hasta participaron del Gobierno. Otros adhirieron a su política laboral pero trataron de no meterse, otros transitaron por la frontera entre el apoyo y la duda en función de los contextos y otros directamente se opusieron. En todo caso, como en el resto del país, no quedan dudas de que una mayoría indiscutible de los trabajadores mendocinos se identificaron con el peronismo.

Por definición histórica, ¿Mendoza es una provincia peronista?

Si la pregunta se refiere a si durante el primer peronismo "todo fue peronismo", tengo que responderte que no. No sólo existía un treinta por ciento de la población electoral que no cuadraba, sino que además hubo muchísimas personas que atravesaron la década preocupadas por otras cosas que no eran la política. Se suele pensar que en el peronismo "todo se politiza", yo creo que no es tan así. Habría que prestarle más atención a la vida de las personas que habitaron el pasado y no sólo a aquellos que tomaban decisiones o disputaban ámbitos de poder y en todo caso ver ahí cómo calaba el peronismo si es que lo hacía.

¿Qué cambios sustanciales hay en el partido justicialista actual respecto de lo que se pregonaba en sus primeros años?

No es lo mismo hablar de gobierno, de movimiento, de partido. El justicialismo tampoco es sinónimo de peronismo, mucho menos de kirchnerismo. Cambios ha habido tantos como segundos han corrido en los relojes de setenta años. En cuanto a los cambios ideológicos entre 1945-1955 y la década kirchenerista, bueno, como hoy, el peronismo desde el principio fue muy heterogéneo: trabajadores de larga tradición en el movimiento obrero, radicales, socialistas, clases medias y subalternas, empresarios, mujeres, miembros de diversas colectividades étnicas, etcétera, etcétera. Las luchas en el interior del peronismo durante los primeros años de gobierno, en consecuencia, fueron muy fuertes. Y también lo fueron después hasta 1955, aunque de formas muy disimuladas porque a Perón no le gustaba que se sacaran los trapitos al sol. Todos los grupos querían prevalecer sobre el resto de los que habían confluido en octubre de 1945 tras su candidatura presidencial. Como suele pasar frecuentemente, el resultado no fue tanto la victoria de un sector sobre otro, sino la configuración de dinámicas nuevas comunes, familiares: disputar la filiación con el líder, reivindicar la "verdad" del peronismo, combatir entre sí para ganarse el corazón de cierta orilla de los argentinos. Esto no es nuevo, viene de lejos, es parte de la tradición peronista. Una tradición que, no me canso de repetir, desde el primer día fue heterogénea, conflictiva y vivaz. Es muy posible que esto no sea un accidente o un defecto, sino algo más parecido a algo que perdura en el tiempo.

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